LOGROÑO21 DE SEPTIEMBRE DE 2011
Diego Urdiales cortó una oreja en la corrida concurso de ganaderías que la Casa Chopera organizó para conmemorar el X aniversario de la inauguración del coso de la Ribera. A Diego le correspondió lidiar en primer lugar un toro de Juan Pedro Domeq que acudió en tres ocasiones al caballo montado por Manuel Burgos, empujó más con genio que bravura y llegó a la muleta con un molesto cabeceo y las fuerzas justas. No paró de escarbar el Juan Pedro que le faltó en el último tercio la casta que dejó entrever en el caballo. Diego lo templó con gusto por el pitón derecho, pero los muletazos más exquisitos vinieron al natural, por donde el arnedano se rebosó de torería y profundidad. No aguantó más de dos tandas por ese pitón que acabó protestando en cada viaje. Se adornó con despaciosos molinetes y dejó una estocada en todo lo alto que hizo doblar al toro. Los pañuelos inundaron los tendidos y Urdiales paseó el primer trofeo de la tarde.
Su segundo oponente era un auténtico pavo. Lindafiesta se llamaba el ejemplar de Ortigao Costa asiduo como sobrero de ferias como la de Bilbao entre otras. Abierto de sienes y muy ofensivo por delante. Acudió al caballo de Bernal en tres ocasiones sin ninguna codicia. Se lució El Víctor en dos pares arriesgadísimos sobre todo el tercero en el que el de Ortigao le puso literalmente los pitones en la cara. También se lució Víctor Hugo Saugar "Pirri" en un par al primero. Bien por la cuadrilla, haciendo todo con mucho orden. En la muleta nadie apostaba por el toro pero Diego una vez más asentó las zapatillas en la arena e hizo pasar al morlaco en varias tandas templadas por el pitón derecho, siempre a media altura para que el toro repitiera. Llegó un momento en que todos pensamos que se volvería a producir el milagro y que Urdiales de nuevo metería a un toro imposible en su muleta, pero esta vez no fue posible porque el de Ortigao una vez que se vio podido y obligado empezó a tirar siniestros derrotes que a punto estuvieron de alcanzar al riojano que no tuvo más remedio que darle muerte.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE MIGUEL PÉREZ-ARADROS