DIEGO URDIALES O EL TOREO DESNUDO
Existe una Castilla de piedra desnuda. Una Castilla La Vieja a la que perteneció La Rioja y a la que pertenece Diego Urdiales. Una tierra de viñedos y almenas donde al pan se le llama pan y al vino, vino. Sin adjetivos ni ornamentos. Como el Románico de sus iglesias y campanarios. Como el toreo de Urdiales.
Cuando la nómina de gloria se había cerrado tras de Morante de la Puebla. ¿Y tras Morante naide? Y tras Morante, Urdiales. Por distinto palo a iguales. Incomparables. Como la Semana Santa de Sevilla y las procesiones de Zamora. Para el recuerdo de Bilbao 2011. (Zabala de la Serna en el diario El Mundo.)