Volvía Diego Urdiales a La Glorieta de Salamanca después de haber sido máximo triunfador de la última feria, la de 2019, pero no pudo dejar sobre el ruedo más que unos pocos apuntes del toreo que atesora, su primero de Montalvo fue incierto en todos los tercios, reservón y áspero en sus embestidas, Urdiales lo intentó, pero viendo la imposibilidad de lucimiento abrevió y dejó una estocada entera. Con su segundo se estiró a la verónica dejando dos muy mecidas y profundas y luego quitó por chicuelinas muy ajustadas llevando al de Montalvo muy toreado. El inicio de faena fue muy suave por ayudados por alto para rematar por bajo al natural en un muletazo lentísimo, Ya con la muleta en la derecha instrumentó dos series sin atacar demasiado al toro pero con mucho temple y hondura que hicieron rugir los tendidos charros, pero al cambiar de pitón, el toro no respondió igual, sin humillar y con un molesto punteo, a partir de ahí el animal echó la persiana, Diego lo siguió intentando a base de colocación y toques medidos pero aquello ya no trascendió, mató y recibió una cariñosa ovación que recogió desde el tercio.