Mientras media España hace acopio de rayos de sol y gotas de mar para rellenar baterías cara a la próxima estación, un hombre que al igual que hombre, por la simple razón del nacimiento, es torero, prepara tres compromisos en tres ferias muy diferentes en las que tiene la obligación de darlo todo. Ya ha triunfado en las tres y si el éxito es difícil, no lo es menos saber mantenerlo.
San Sebastián, coso de Illumbe, donde por desgracia las cosas no están fáciles para la afición, será el prólogo de la trilogía.
Dax será el reencuentro con los Victorinos. Sufrir, pasar miedo, disfrutar..., quien sabe lo que le tendrá reservado el de Galapagar al bueno de Diego.
Alfaro: su segundo hogar, su afición, sus amigos, su gente... . Impensable defraudar a nadie.
Son tres días, son tres retos y ojalá en vez de tres fueran treinta, pero el hombre que nació torero ahora sólo piensa en torear, en regalar sentimiento y en emocionar a quienes acudan a contemplar la acompasada cadencia de su enjuta figura vestida de luces.