Tres orejas cortó Diego Urdiales en su regreso al coso de Alfaro, una del que abría plaza y dos de su segundo en sendas faenas cargadas de técnica y buen gusto ante un encierro de El Pilar con el que el torero de Arnedo sacó a relucir toda su experiencia y sabiduría para conseguir emocionar a los tendidos con muletazos sentidos.
ASÍ LO CUENTAN
LA DETERMINACIÓN DE URDIALES TRIUNFA EN ALFARO
Javier Cámara en www.nuevecuatrouno.com
Dos círculos dibujó el de ‘El Pilar’ siguiendo el templado capote de Urdiales. Se terminó de atemperar el funo en otra buena brega, de ‘El Víctor’, esta vez. No terminaba de obedecer a los toques y se le coló a Urdiales dos o tres veces en la muleta.
El compromiso del de Arnedo fue total. Como su determinación y contundencia. Los vuelos al hocico en el primer cite. Luego, la muleta siempre puesta para evitar las distracciones, que en el de ‘El Pilar’ venían de serie. ¡Con qué seguridad y aplomo perdió Urdiales el paso necesario para ligar los muletazos! Excelso mando y rebosante autoridad.
También al natural consiguió enmendar la corta embestida del toro charro. Hubo trazo y temple. Limpieza, siempre. Superioridad apabullante del torero. De siglos pasados, el molinete que embelleció el momento de apuro. Como la salida por el costillar. Pinchó y paseó una oreja.
Cerraba la cara el que hizo cuarto. La vuelta de los pitones hacía más brava la expresión. No dejó estirarse a Urdiales en el recibo. Tras empujar en el caballo, salió con la cara alta. Distraído también. Brindó Urdiales al público y creó una maravilla: ¡qué inicio de faena! ¡qué trincherazos! Ganando terreno y andándole al toro como los más viejos cuentan que se hacía. ‘Bieeeeeeeen’, se escuchaba. ‘Oooooole’, esta vez. Y otro ‘bieeeen, Diego, ¡vamos los toreros!’. Un clamor. Más allá del tercio, citó de lejos. Pronto era, pero no terminaba de repetir el toro. Consiguió Urdiales pasajes de gran calidad.
Corto se quedaba por el pitón izquierdo, saliendo con la cara alta encima. Se apagó demasiado pronto. Pausó el pasodoble Urdiales y consiguió una última tanda en redondo de mucho valor. Se tiró tras la espada, que enterró en todo lo alto. Trofeos al margen (dos orejas para sumar tres en la tarde), Urdiales estuvo sensacional. Como lo que lleva de temporada.
EL IDILIO DE URDIALES CON ALFARO SIGUE INQUEBRANTABLE