Arnedo, brindó un merecido homenaje a la figura de Diego Urdiales al finalizar la temporada en la que se cumplían los veinte años de su alternativa en la villa francesa de Dax, el acto fue organizado por la Peña Taurina Diego Urdiales con la colaboración del Ayuntamiento de Arnedo.
Así lo contó Pablo García-Mancha la velada en el diario La Rioja...
Una noche absolutamente emocionante. El toreo de Diego Urdiales ha quedado casi en un segundo plano porque el hombre, su asombrosa peripecia vital, su bonhomía y generosidad, ha gravitado en la más de tres horas de testimonios, recuerdos, palabras que ha ido desgranándose a través de las ideas y sensaciones expresadas por mimas figuras del toreo de todos los tiempos como Luis Francisco Esplá, Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' o el mismísimo Curro Vázquez, que ha llegado a decir que «me hubiera gustado cuajar un toro en Madrid como lo hizo Diego aquella tarde de la Feria de Otoño».
Rafael Guerrero, primer maestro de Urdiales en el toreo, ha recordado lo que le dijo cuando se asomó a la clase que dirigía en la escuela taurina de la vieja plaza: «Tú no puedes torear; cuando crezcas más vienes». Diego apenas tenía doce años pero entre ambos se estableció un vínculo que permanece inalterable, como con Luis Miguel Villalpando, mucho mas que un apoderado: «Lo conocí de novillero y me llamó la atención. Estuve en su cuadrilla y me hice su apoderado. No hace falta que hablemos entre nosotros para entendernos». Ha sido su apoderado aún cuando formalmente no figurara como tal. «La lealtad es un valor esencial y Diego me lo ha demostrado siempre, en los mejores momentos y en los instantes más duros».
Tres ganaderos de primerísimo nivel, también han explicado lo que supone el toreo del diserto de Arnedo en una mesa redonda en la que han participado Victorino Martín, Moisés Fraile y el riojano Carlos Lumbreras: «Cuando indultó a Molinito en Logroño nos impresionó porque apenas toreaba y aquel fue un toro de la máxima exigencia. Ya lo habíamos visto en casa y antes en Logroño cómo los entendió. Ha habido grandes faenas suya y en Bilbao ha logrado con nuestros toros tardes verdaderamente memorables».
«Casi no me salen las palabras»
«Me gustaría estar algún día delante de un toro a la altura de la categoría que ha habido esta noche». Así ha resumido Diego Urdiales la turbamulta de sensaciones que ha vivido en el homenaje a sus veinte años de alternativa organizado por los entusiastas amigos y seguidores de su peña. El torero de Arnedo, acompañado de su mujer Marta, su hija Claudia y sus padres y hermanos ha vivido la que ha definido como una de las noches «más especiales de mi vida»
También ha aparecido la figura de David Vicente Iglesias, su primer apoderado, expresado por su hijo, el periodista Israel Vicente.
La noche se ha articulado a través de distintas mesas redondas en las que se ha analizado la figura de Urdiales desde diferentes perspectivas, como la riojana, que tuvo tres protagonistas: Augusto Ibáñez 'Titín III', Francis Paniego y el enólogo de Roda Agustín Santolaya, que ha dibujado poéticamente un vino inspirado en las formas y geometrías del torero del diestro de Arnedo. Paniego ha llegado a decir que una de las fórmulas que utiliza para dibujar su cocina es alma del toreo de Urdiales: «Su pureza me fascina, la desnudez, la compleja sencillez de su estilo».
Javier Conde, junto con Rafael de Julia y Tomás Campos; los tres ganadores del Zapato de Oro, han mostrado su relación con Arnedo a través de la figura de Diego, nexo común entre los tres de la amistad y que cariño que forjaron, en distintas épocas, entre los cuatro.
Una noche absolutamente memorable que se corona con una cena en el Hotel Victoria con más de 300 urdialistas convencidos de la grandeza de su humanidad y su toreo.
Curro Romero: «Gracias Diego, admiro tu coherencia porque eres punto y aparte»
Diego Urdiales siente devoción por dos grandes maestros del toreo de todos los tiempos que han marcado buena parte de su esencia como matador, Santiago Martín 'El Viti' y Curro Romero, dos leyendas del toreo que este sábado se han querido sumar al homenaje con sendos vídeos que enviaron desde Salamanca y Sevilla.
Curro Romero le ha dicho: «Diego, tú eres punto y aparte. Un ejemplo de coherencia personal y taurina. Toreas así porque eres así». El diestro camero, de 86 años, le ha expresado al torero de Arnedo su felicidad por el homenaje: «Es muy hermoso que a uno le quieran en su tierra y te mereces que te quieran tanto por la forma de ser que tú tienes».
Santiago Martín 'El Viti' (81 años), quizás el toreo más importante que ha nacido en el campo Charro, también se quiso sumar al homenaje: «Diego, es una maravilla verte torear; todos sabemos los tiempos duros que has tenido que sortear, pero muchos admirábamos tus formas antes de que llegaran los triunfos. Me hubiera gustado mucho acompañarte, pero sabes d todo corazón que en realidad estoy ahí contigo».
Otro matador que también ha enviado un mensaje al diestro de Arnedo fue Manuel Díaz 'El Cordobés', testigo de la alternativa que le concedió al riojano Paco Ojeda en la feria de Dax de 1999: «No he podido asistir porque es el cumpleaños de mi hija, pero me siento muy orgulloso de haberte dado la alternativa y que te hayas convertido en una de las grandes referencias del toreo clásico. Tienes mi respeto, mi admiración y mi cariño. Lo digo, además, como un pensamiento que sentimos muchos toreros».
Pablo Aguado, el gran triunfador de la temporada de Sevilla y una de las revelaciones del toreo clásico, también se ha sumado al homenaje: «Para mí usted, maestro, es un ejemplo de categoría profesional y motivo de absoluta inspiración y de ejemplo. Sabe que le respetamos y le admiramos. Enhorabuena por esos veinte años de alternativa».
Otro torero que se ha sumado al homenaje ha sido Paco Ureña, triunfador de Madrid y Bilbao: «No te voy a felicitar por tus veinte años. Lo hago por enseñarnos a los aficionados y a los profesionales lo que supone la filosofía del toreo. Yo es la que siempre intento seguir y por eso, por tu coherencia, te quiero dar las gracias».
CUIDAR EL TESORO
Israel Vicente
Diego es la bondad personificada. Es puro, es verdadero. No es fácil encontrar gente como él, tenerle cerca es un tesoro auténtico. Y, además, es un torero grandioso». Nunca olvidaré esas palabras.
La primera vez que las escuché fue hace unos veinticinco años, cuando mi padre apareció en casa con un chavalillo de Arnedo que quería ser torero y que ya empezaba a despuntar como novillero. Fue una mañana que estábamos en el campo salmantino, en algún tentadero, mientras el torero se vestía. Eso me dijo mi padre y yo le creí, por supuesto, como siempre hice con mi padre.
Después me dijo más cosas de Diego, algunas sabiéndolas y otras esperándolas, y es curioso que todas las acertó, y sé que hubo muchas más cosas que pensaba y que no las dijo, por humildad, que también las acertó. Veinticinco años después volví a escuchar la misma frase: «Diego es la bondad personificada. Es puro, es verdadero. No es fácil encontrar gente como él, cuídalo mucho porque es un tesoro. Además de ser un torero grandioso, claro», me dijo un amigo de Diego, mirándome muy fijamente y hablando muy pausadamente. Me lo dijo casi como regañándome por si acaso se me ocurría no pensar lo mismo.
Un amigo reciente, por diversas circunstancias, pero amigo de verdad. Me sorprendió muchísimo la similitud. Y, claro, ya que a mi padre no le pude explicar la coincidencia, se la expliqué a este amigo. «Eso mismo me dijo mi padre», contesté, para después explicarle que mi padre apoderó a Diego varios años mucho antes de que el público supiera lo que realmente es, unos años duros y muy complicados para todos, aquellas novilladas, aquella alternativa, aquellos parones, aquella desesperación. «Lo mismo me dijo mi padre», le dije. «Porque tu padre también sería bueno y no me preguntes por qué, pero alguien se encarga de juntar a los buenos. Y por eso estamos ahora aquí», sentenció aquella noche Curro Romero.
