En el toro que abrió plaza, de la dehesa de Begoña y que tuvo complicaciones, el matador riojano Diego Urdiales estuvo a la altura de las circunstancias, con la mejor de las intenciones en su quehacer en el ruedo, sobresaliendo algunos naturales pero sin redondear la faena. Falló con la espada y su labor fue silenciada. A su segundo, de Begoña, de embestida incierta, lo lanceó con empeño y en el tercio de varas destacó el picador David Vázquez. Con la sarga intentó Urdiales cuajar la faena pero el toro se defendió, tuvo genio y de hecho no logró pegarle un pase. Abrevió. Terminó de estocada certera y tuvo nuevamente silencio.
Crónica: Emilio Méndez (Cultoro.com)