Sábado, 03 Octubre 2015 07:34
UN LOTE HORRIBLE Y UNA LECCIÒN DE TORERÍA
La tarde prometía cuando Diego Urdiales se abriò de capote con su primero de El Puerto de San Lorenzo y lo templò en el capote por verònicas, dejando una por el izquierdo en el que las 24.000 almas que abarrotaban Las Ventas rugieron al unísono al ritmo mecido del compás, pero fue apenas un espejismo, una ilusiòn pasajera que sòlo quedò en el recuerdo de alguna retina. El toro rajado y huidizo no dio más opciòn de lucimiento.
En su segundo, ya con Lòpez Simòn en la enfermería, hizo un esfuerzo titánico, aguantò coladas, cabezazos y embestidas fraticidas que viajaban por encima del estaquillador directas a la pechera del torero de Arnedo. Urdiales, firme y sin alaracas las sorteò todas ellas con una torería y un aplomo dignas de run torero honesto y cabal como es él. Lo tumbò de un estoconazo algo contrario y recibiò palmas después del pitado arrastre del de El Puerto.
Con la incertidumbre del estado de su compañero de cartel, Diego no dudò ni un momento en correr turno y matar seguidamente su tercer toro, ante las confusas noticias que llegaban de la enfermería, pero si algo tiene claro Diego Urdiales es que por encima de cualquier rivalidad está el compañerismo.
Fue devuelto por inválido su tercero y en su lugar saliò uno de Valdefresno con el que rl riojano no tuvo opciòn no de jugársela como en el anterior. Lo pasoportò de otra estocada y terminò su actuaciòn para dejar paso a su compañero Lòpez Simòn que saliò de la enfermería para matar los dos últimos del festejo.