Diego Urdiales volvía a pisar la arena de la plaza de Dax en la que hacía 20 años y un día que tomaba la alternativa de manos del maestro Paco Ojeda y con Manuel Díaz "El Cordobés" como testigo de la misma. Se le brindó una cerrada ovación por este hecho y se le hizo entrega de un detalle por parte de la comisión taurina. El torero de Arnedo brindó la muerte de su primero de Jandilla a su padre Ramiro. Muy parado de salida, desarrolló genio en banderillas, Diego se doblò con él al inicio de faena con ayudados por bajo que recordaron tauromaquias añejas y entusiasmaron a los tendidos, intentò templarlo por el derecho y por momentos lo consiguió aunque sin el lucimiento deseado, por el izquierdo fue imposible.
La faena a su segundo tuvo otro son, volvió a tirar de recursos artísticos para sacarse al toro a los medios y una vez allí el riojano supo exprimir las pocas bondades que brindaba el de Jandilla en una faena plena de torería y de detalles rubricada con una gran estocada que le facilitó la oreja que paseó por el ruedo que le doctoró un 15 de agosto de 1999.