Aquí os dejamos un resumen de las diferentes crónicas que se han publicado sobre la gran actuación de Diego Urdiales ayer en Castellón ante dos Victorinos venidos a menos que apenas aguantaron las exigencias de la poderosa muleta del de Arnedo. Aún así el diestro riojano volvió a dejar constancia de su madurez y de su formas a la hora de interpretar el arte de torear.
CULTORO: M.A.H.
Vino Urdiales a buscar la muestra de su momento y enseñó la madurez de su lidia y la valudez de su interpretación con el feo primero, más por delante que por detrás, de humillación sin recorrido en una muleta que tuvo gobierno en la diestra y regusto en la zocata. Pero no fue la espada aliada del riojano, y el aviso se llevó el trofeo.
Tiró Urdiales de emotividad para hacerse con el triunfo ante un cuarto espectacular y sin fondo que vendió a medias las embestidas que robaba Diego con largo vuelo. Faena de veterano dispuesto a jugársela por una vuelta al ruedo.
APLAUSOS: Jorge Casals
Abrió el desafío ganadero un toro de Victorino Martín, que de primeras se dejó torear de capote por Diego Urdiales, algo difícil en esta ganadería. Vio Diego Urdiales que el toro no tenía mucha fuerza y cambió el tercio de varas con un puyazo no muy fuerte. Protestó el público que no entrara por segunda vez al caballo. Mostró cierta flojedad de remos al principio de la faena pero se vino arriba el toro y ya no se volvió a caer. Por el pitón derecho el toro se metía muy por dentro y recortaba el viaje, pero poco a poco, Urdiales fue metiendo al toro en la muleta. Cogió la zurda y llegaron los mejores momentos. El toro metió mejor la cara por este pitón y le permitió al riojano dejar pasajes de entidad. Muy firme en todo momento el torero, cruzándose al pitón contrario, detalle que supo valorar la afición. Se le esfumó el premio por culpa de la espada. Mató de dos pinchazos, casi media estocada y tres descabellos.
El cuarto fue ovacionado de salida. Un Victorino serio, casi cornipaso, cinqueño. Un galán. Embistió con cierta sosería en los primeros compases e hizo sonar el estribo en un tímido encuentro con el montado. En la muleta el de Victorino humilló aunque tomó la muleta con una aparente sosería que hizo que no transmitiera al público. Lo mejor llegó con la zurda, en naturales largos en los que Diego Urdiales echó muy bien los vuelos de la muleta. Siempre firme el torero, queriendo y centrado en la faena. Mató al segundo intento de una casi entera algo contraria. Importante tarde la de Urdiales, muy por encima de un lote de victorinos a los que les faltó empuje.
EL CORREO
Brindó el primero al público que estuvo muy metido en la faena y le hubiera premiado con una oreja de haber estado certero matando. El toro de apertura salió blandeando del peto, aunque humillaba, y ya el público le perdió interés fuerte. Urdiales toreó bien de capa, siendo ovacionado lanceando, pero con la muleta no podía bajar la mano para transmitir y las tandas por el derecho no calaron. Diego se dio cuenta de la falta de fuerza en el inicio de faena que inició doblándose por abajo. Al natural hubo un par de series excelentes por trazo, ligazón, temple y ceñimiento que pusieron la plaza a favor del torero otra vez. Pero hubo tres pinchazos y dos descabellos para enviar al toro al desolladero por lo que el premio se quedó en palmas de estricto cumplimiento.
'Pastelero' fue un toro andarín, mirón, distraído y sin emplearse. No se dejó con la capa, aumentó peligro y Urdiales, poniendo y haciéndolo todo consiguió derechazos normales y buenos momentos toreando cadencioso con la izquierda. Seguro y siempre buscando el pitón contrario y tratando de tapar la mansedumbre y comportamiento abanto del 'victorino'. Mató de pinchazo, estocada y descabello. El público reconoció su importancia y le premió con vuelta al ruedo. Pitos le dedicaron al toro en el arrastre en una plaza donde se respira verdadera devoción por la ganadería de Victorino Martín.