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Sábado, 24 Agosto 2019 00:00

DURÍSIMA TARDE EN BILBAO

Diego Urdiales vivió, en su segunda comparecencia en la Semana Grande de bilbao, una de sus tardes más duras desde su debut en Vista Alegre. Sorteó dos toros de distinta condición pero de parecido perfil.

Así lo contó Zabala de la Serna en El Mundo

Diego Urdiales ya sintió el filo de sus navajas nada más pararlo con el capote, su aliento corto buscando las ingles. Ni descolgaba, ni se salía de los vuelos. Tan pronto definido, el cabrón. Demasiado tiempo gastó Urdiales con aquel tigre venenoso. Que lanzaba zarpazos al esternón. No los suficientes, por lo visto, para descomponer su torería. Como volvió a suceder con el cuarto de ojos bélicos. No los descolgó nunca. Siempre clavados en Diego. Que jamás volvió el rostro. Una pelea agria. Un toma y daca desnudo, valiente, sin perder nunca esa honra de enfundarse el vestido de hidalgo caballero. Un mérito acongojante le acompañó en la batalla.

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