Quizá la mejor reflexión que se pueda hacer de lo que ocurrió ayer en Madrid es que a Diego Urdiales le queda una corrida menos para acabar triunfando en las Ventas. Dos imposibles de José Luis Pereda-La Dehesilla que dada la sosería, mansedumbre, y descastamiento que desarrollaron en todos los tercios de su lidia, hacen que de la labor del torero de Arnedo no se pueda ofrecer un jucio de valor ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario. Dos silencios más que no sirven ni para acabar con las ilusiones de Diego Urdiales ni para hacer que cada día que se viste de torero se convierta en un reto más al que enfrentarse en el duro camino de alcanzar sus sueños.